lunes, 2 de octubre de 2017

¡Pamplinas y paparruchas! La naturaleza problemática de la comunicación humana.

¿Por qué caemos en la información falaz? 


Tenemos un problema enorme al momento de transmitir y recibir la información, su origen se encuentra en la misma evolución de la comunicación de nuestra especie y nuestra necesidad de reconocimiento por los demás individuos de los grupos que integramos; las razones para inventar o deformar la información son bastas y los afectados por esta acción no son pocos. De una u otra forma, nadie se encuentra exento del daño que ocasiona esto, en los peores casos el daño puede ser irreparable y terrible. 


Algunas veces se origina como una voraz trampa para el despreciable beneficio de algunos y otras veces su origen se encuentra en una inocente mal-interpretación de los datos que fue extendiéndose hasta llegar a las personas con más ánimos de compartirla que de verificarla; la información manipulada, imprecisa y falsa es ya una costumbre, una tradición de la humanidad, porque no es exclusivo de uno o pocos sitios ni mucho menos de una época específica. Son muchas las rutas que se recorren para obtener información e incontables las formas en que esta se ve incompleta o deformada a la vez que se difunde bastante rápido. 

Influyen mucho los defectos de la comunicación humana que el tratamiento de la información tenga constantemente resultados extraños y lo que provoca que el que habla es responsable de lo que habla y el que escucha es responsable de lo que escucha y lo que entiende, por lo que antes se debe tener nociones del tema tratado. Somos seres sociales, enteramente dependientes de la comunicación; el auge y desarrollo de las redes sociales en Internet, así como el Internet mismo, son parte de la cúspide de los esfuerzos y el trabajo duro por satisfacer esta necesidad. Actualmente la información nos rebasa, gracias a estas herramientas nos vemos completamente incapaces de conocer toda la que surge y la permanencia de esta incapacidad es inevitable por el cómo se expande la información; el problema se vuelve más complejo aquí: los torrentes de información transmitidos cada día incluyen más datos sesgados y falsos que precisos y muchos se ven incapaces de averiguar si la información que llega a ellos es correcta, precisa y útil, aunque muchos no sienten que sea su caso, lo es, les ocurre, y ocurre en todo el mundo, de una forma tan similar a como las matemáticas provocan poco interés en los más jóvenes, en los más viejos y en los de en medio; los seres humanos nos tragamos información falsa, incorrecta, incompleta, sesgada o manipulada con tintes ideológicos o supersticiosos cada día desde que el lenguaje apareció y se desarrolló.

El problema avanza junto con el tratamiento que el transmisor le da a la información; esa misma incapacidad de las personas de procesar la información de forma correcta tiene sus orígenes en las limitaciones cognitivas y reacciones bioquímicas en nuestro sistema nervioso (lo que conocemos como emociones) que nos permiten pasar a la acción o a la inacción después de dar tratamiento a la información del fenómeno del que se habla; estas mismas limitaciones se ven configuradas por aspectos sociales y culturales que juegan un papel importante como la educación, tradiciones, ideologías, prejuicios, creencias religiosas o identidades políticas.
La cantidad de elementos que pueden deformar la información desde el que la transmite hasta quien la recibe es considerable, por lo que debemos tener cuidado con la información con la que nos quedamos o la que nos quieren vender, así como la que transmitimos a los demás, antes de actuar de forma incorrecta y que las consecuencias provoquen algún daño considerable.

Los daños pueden ser desde un simple mal rato de disgusto y frustración discutiendo con alguien que cree que los dinosaurios no existieron o que cree que los humanos y los dinosaurios convivieron o peor, que cree que tienen formas humanoides y aún caminan entre nosotros manipulando nuestros gobiernos, también están los que ofrecen ratos de desesperanza al discutir completamente convencidos que el hombre no pisó la luna o los que se pasan horas afirmando que los artistas dados por muertos no lo están y que todo es una treta. Los daños varían y algunos han causado la muerte de personas como es el caso de algunos que ante la desesperación, el dolor y la angustia abandonan tratamientos médicos para utilizar "terapias alternativas" recomendadas por estafadores que prometen soluciones mágicas, mucho más veloces y sin efectos secundarios que los tratamientos médicos basados en el conocimiento científico; o el linchamiento de personas que hacían su trabajo al mismo tiempo que eran señalados como responsables de actos criminales de los que no estaban ni enterados por personas que no habían conocido; el daño también puede llegar a un enorme número de personas al mismo tiempo como el que provoca el furor de los movimientos antivacunas que dejan vulnerables a las comunidades en las que viven los que se atreven a vivir sus vidas sin aplicarse vacuna alguna creyendo que eviten males peores porque algún charlatán o fanático se los ha hecho creer mezclando casos de negligencia y errores humanos con teorías conspirativas como reducir a la humanidad o enriquecer a las empresas farmacéuticas...
La cantidad de ejemplos a poner aquí, lamentablemente, forman parte de una lista larga.

La solución a esto es enfrentar la información falaz e imprecisa, lo que no es tarea fácil ni corta, sobre todo si no se tiene conocimiento del tema, puede ser necesario poseer cierta formación científica, técnica o tecnológica, estar presentes en el suceso y/o conocer el contexto, y la más importante: dejar de lado los sentimientos si no estamos completamente seguros de que la información es correcta y veraz. Algo extraordinariamente difícil si nuestras emociones han sido alteradas, si es un ser querido o alguien que tiene nuestra admiración el que divulga información errónea o si no poseemos el conocimiento necesario (o la confianza) para sostener nuestros argumentos. La ignorancia, el miedo, la necesidad de comunicarnos y de ser reconocidos forman parte de nuestra naturaleza y nos pueden llevar a sufrir las consecuencias que trae el actuar con base a la información falaz.

Nuestra urgente obligación es aprender a seleccionar la información correcta antes de transmitirla, lo que se logra con ayuda de un conocimiento escéptico, crítico y sustentado en la ciencia lo mejor posible sin caer en la pseudociencia o en los extremos irracionales que apoyen nuestras creencias. Algo que es primordial y muy necesario en el periodismo. Quizá nuestra mayor impulso para lograr esto es la educación, que tiene el propósito de ser una inversión para lograr que las personas participen de manera inteligente y creativa en la construcción de un mejor futuro, pero la mayoría ve a las escuelas únicamente como centros de preparación para una mejor posición laboral y socioeconómica convirtiéndolas en meros centros de capacitación técnica; dejando de lado el aprendizaje para llevar un correcto crecimiento y desarrollo personal, calidad de vida, análisis crítico de nuestro alrededor y la aportación a la comunidad.

Como si no fueran suficiente las limitaciones cognitivas, las malas planeaciones en la educación, junto con otros aspectos sociales que nos ayudan a propiciar un pésimo tratamiento de la información, también encontramos a los charlatanes y los fanáticos. Personas que, debido a sus intereses particulares, con una enorme motivación de compartir sus creencias con quienes puedan, deforman o crean información falsa. Nuestra segunda urgente obligación es no dejarnos engañar por estos imbéciles que viven provocando emociones antes que conocimiento, y que viven de esas emociones intensas y ajenas como la histeria, miedo, o coraje e incluso de las buenas intenciones de hacer de este planeta un lugar mejor para otros, utilizando la intensidad de sus emociones para impulsar a quienes les escuchan les hagan publicidad o sean consumidores de sus productos. Algo que expongo muy bien en: ¡Cuidado con los sismos! ¡Cuidado con estudiar Geología y Geografía, cuidado con no estudiarlas!

Corregirlos y exhibir sus errores, una y otra vez hasta que dejen de cometerlos, siempre atacando los argumentos expuestos y no a las personas por más nefastas que sean (para eso hay leyes en caso de ser necesario). No se deben defender porque parece que «tienen razón en algo» y mucho menos bajo la premisa de defender la libertad de expresión, los charlatanes y los fanáticos deben ser exhibidos como lo que son y se debe exhibir la información falaz que comparten y con la que se aprovechan de otros, y con justa razón si insisten en seguir; aunque para muchos esto no es tan obvio, viven de eso y pareciera que "poseen conocimiento" y que es "imposible que destruyan su carrera para aprovecharse de los demás", pero pasa, muchas veces lo hacen, grandes sumas de dinero son, frecuentemente, el motor de sus intenciones; sin preocuparse por la seguridad o salud de su público, más que por mantener sus emociones a flor de piel antes que mantenerlos correctamente informados. La información que produce emociones vende, vende muy bien; y sus seguidores suelen convertirlos en "autoridades del tema", mientras que ellos sólo se vuelven números que les ayudan a lucrar con los sentimientos ajenos.

Nuestro deber: si una noticia lo primero que te provoca son emociones, desconfía un poco. El propósito de la noticia es informar más que emocionar. Nuestra mejor herramienta es el conocimiento científico. La ciencia no deja, y probablemente nunca dejará de ser la mejor forma que tenemos de obtener conocimiento y de procesar la información, principalmente en estos últimos años en el que los desastres naturales y los dilemas políticos se han robado la atención de muchos con ayuda de las redes sociales; aunque la narración de los sucesos relevantes que ocurren día a día no son los únicos que debemos poner en duda, la información obtenida por la ciencia también ha pasado por la manipulación y ha dado lugar a acontecimientos interesantes de los que escribiré en otra ocasión.

De antemano aclaro que mi intención de escribir esto se encuentra lejos de atender la moralidad de la verdad y la mentira, y de la bondad o la maldad de las personas para realizar lo anterior desde las filas de la religión y la espiritualidad, no por falta de interés o preparación, sino, porque las encuentro absurdas. 

miércoles, 27 de septiembre de 2017

¡Cuidado con los sismos! ¡Cuidado con estudiar Geología y Geografía, cuidado con no estudiarlas!

Crystal daddy by Adam Ellis.
Crystal daddy de Adam Ellis.

¡Cuidado con estudiar Geología y Geografía, te volverán raro!
¡Ten cuidado!

Apuesto a que si has captado la idea de esta entrada por los primeros enunciados o la dirección del sitio no hace falta que la leas, pero si tienes tiempo libre, te quieres reír un rato y luego ponerte de malas o te quedan dudas venga, a leer. Quizá te entretengo un rato o te vuelvo fan de estas ramas de la ciencia.

Y es que estudiar Geología y Geografía se puede volver en tu dolor de cabeza, en tus materias tocapelotas después de las matemáticas, sobre todo si no les entiendes a la primera, pero si logras entender aunque sea una pequeña parte de todas las maravillas que se estudian e investigan en estas áreas de la ciencia te volverás un bicho raro, muy raro, mucho...
Te describiré unas cuantas cositas que te podrían suceder después de emprender esta aventura en tu aprendizaje; y te adelanto que no tengo la certeza de que te podría pasar si te atreves a profundizar en los libros, o en las investigaciones que finalmente logran que se realicen estos libros, que hablan de esos temas tan raros de la Geología y la Geografía como la Sedimentología, la Climatología, la Mineralogía, la Oceanografía, la Biogeografía o la Biogeoquímica; las geociencias son más raras entre más te adentras en sus especialidades. ¡Tanto que se combinan con otras áreas de la ciencia que no imaginabas! ¡Qué maldito miedo!

Aunque advierto que lo peor viene si te ilusionan y las comprendes hasta el punto de querer dedicar tu vida laboral a ello, podrías volverte un paleontólogo cepilla-trilobites o peor aún, un explorador de cuevas submarinas. ¿Te imaginas? ¡Qué horror explorar partes del planeta que muy pocos han tenido la oportunidad de observar en sus vidas! ¡Imagina la soledad y quietud en ecosistemas inalterados por el hombre y el esfuerzo por descubrir extraños sucesos químicos como los provocados por fragmentos fósiles acumulados en agua, rocas desintegradas por la lluvia y más agua siendo acidificada por el dióxido de carbono que producen pequeñas colonias de algas, bacterias o restos vegetales y animales en descomposición que han estado transformando nuestro paisaje de formas majestuosas e impresionantes y el resto sin saberlo! ¡Me da ñañaras al imaginarlo!

Pero volviendo, quizá, con lo menos grave, pero no menos feo, que te podría suceder si estudias Geología y Geografía:
  • Te volverás un fanático de los minerales que no querrá dejar de coleccionarlos, entenderás los procesos físicos y químicos por los que pasaron para tener esas formas y colores y dejarás de ver esos cuarzos como simples baratijas de colores bonitos; de esos que venden en esa tienda a precios exorbitantes para gente aún más rara que tú, que cree que se puede "limpiar" o "drenar su energía" con ellos, algo así como si fueran una pila (yo qué sé, no soy 100tifiko).
    ¿Te imaginas tener una colección de minerales que te muestren el resultado de increíbles procesos químicos que dan mezclas de muchos colores y estructuras en un enorme estante? ¡Ahora imagínate limpiarlas mientras recuerdas su composición química y los años que posiblemente tardó en formarse! No todo puede ser color de rosa, como los corindones con ligeras impurezas de cromo y que se conocen como zafiros rosados, a menos que las impurezas sean lo suficientemente abundantes como para ser considerados rubíes... Sálvate. 
  • Te pondrás a admirar horas y horas los paisajes que visites y querrás visitar más, mientras recreas con tu imaginación, y con ayuda de los libros que explican el movimiento de las placas, los climas y uno que otro evento astronómico, las asombrosas transformaciones por las que han pasado a lo largo del tiempo e intentarás descubrir si hay algo que te pueda dar pistas de ello. Te maravillarás y dirás completamente seguro de ti: ¡qué hermoso paisaje!
    Ahora imagina los costos de tus viajecitos.
  • Podrías ser una de las miles de víctimas de la Paleontología y conocerás cosas alucinantes de especies antiguas (de esas que te oculta tu religión favorita porque se les cae el negocio) como los mega-depredadores de las diferentes eras transcurridas en nuestro planeta, aunque algunos fuesen mucho más pequeños que un niño y otros tan colosales como un autobús. ¡Harás cosas extrañas como recordar nombres de dinosaurios! ¿Te imaginas fastidiarles las películas de Jurassic Park y Jurassic World a tus amigos diciendo, como merolico, los nombres de los bichos raros que aparecen (y no me refiero a las actrices y actores)?
    ¡Qué tragedia estar enterado de que los gigantes depredadores del cretácico están emparentados por millones de años con tu desayuno y almuerzo!
  • Te emocionarás al ver montañas y barrancos como un loco, querrás conocer la historia de las piedras que pateas y muchas cosas raras más cobrarán sentido para ti. Podrías conocer cosas impactantes sobre cómo se mide la edad de la tierra. ¡El suplicio de saber cómo se mueven los continentes, el porqué se sabe que alguna vez estuvieron unidos y que se mueven! ¡Incluso conocer donde hubo desastres naturales como erupciones o impactos de asteroides! 
¡Qué drama es la realidad!
¡Ten cuidado, mucho cuidado!
¡Cuidado con no estudiarlas, serás presa de charlatanes!
Sí, de sobra está decir que no estudiarla es peor. Y es lo que lamentablemente he visto en muchas personas en estos últimos días con los sismos acontecidos en México.
Puede parecer que llevaré la exageración con la que empecé la entrada a límites aberrantes y que ya no son divertidos (si es que te hizo un poco de gracia); pero de aquí en adelante no exageraré ni un poco, con el preocupante recuerdo de que la realidad es peor.

No estudiar Geología y Geografía (o simplemente y sin mareos, no estudiar ciencia) te vuelve una potencial presa de los mentirosos, calumniadores, charlatanes, estafadores o de los que sufren una disonancia cognitiva bastante severa a causa de sus creencias y su dogmatismo.
Esto se vuelve mucho peor cuando no sólo has sido convencido por sus afirmaciones erróneas y adicional a ello los defiendes y, juras y chillas, recalcando que no están equivocados, que son investigadores profesionales o personas con buenas intenciones, que nos advierten de cosas que nos ocultan los científicos (los reales) que "se han vendido al gobierno o a los illuminati".
Quizá no haya persona que vaya más en contra de lo deseado por muchos políticos corruptos que un científico (o investigador, como les llaman a la mayoría en América Latina) que dedica su vida, su esfuerzo y su tiempo para descubrir, conocer más y aportar su grano de arena a la interminable misión de la obtención de conocimiento, no importa si es con fines culturales, económicos o filantrópicos.

En estas ramas de la ciencia podemos encontrar un tema que es constantemente deformado por los charlatanes y el amarillismo, los sismos o terremotos. Son charlatanes los que dicen ser capaces de predecir terremotos y lo son aún más los desvergonzados que insisten con la mentira de predecir catástrofes poco deseables a las que llaman "mega-terremotos".
Si alguna vez has creído en un adivino de los sismos, con tanta prisa como para no verificar tus dudas, o si has visto a alguien hacer tales afirmaciones por pura curiosidad por saber que dice o porque lo dice, te tengo una mala noticia: los sismos aún no se pueden predecir.

¿Por qué algunas personas insisten y aseguran que sí, que se puede y que ellos pueden?

El único fin de estas personas es mantener el miedo, la confusión, la histeria, la frustración, el dolor y la preocupación de los afectados y de los que se sienten próximos a ser afectados. Estos "ingredientes" son de gran utilidad para ganar dinero con la atención que reciben, y lo hacen de muchas formas (aunque para muchos esto no sea tan obvio), en el "mejor de los casos". En el peor: son personas con creencias irracionales, que no saben identificar la diferencia entre su imaginación o creencias y la realidad, cayendo entre la superstición y la estupidez, y simplemente quieren que los demás adoptemos sus ideas porque sí, para su beneficio o el beneficio de un grupo de personas que comparten este mismo tipo de creencias, la mayoría con los fines de obtener más adeptos a algún culto religioso o supersticioso, los hay. También están los que buscan expandir supuestas teorías conspirativas por los simples motivos de convencer a otros de sus mismas ideas o peor aún, por diversión y para probar que las personas que terminan creyendo su "verdad oculta" son unos ignorantes sin remedio, sin futuro y que merecen lo que les venga (aunque son pocas las veces que ocurre esto, son casos bastante desagradables de observar).

Una vez has sido presa de estos charlatanes, te conviertes en un número del montón, formas parte de la garantía de su fama y les ayuda a generar considerables cantidades de dinero y a que otras personas se acerquen a escuchar sus tonterías al ver que son cada vez más los que comparten su material, cada que hablan de ellos, cada que recomiendan comprar sus libros, manuales o un material audiovisual, cada que asisten a sus conferencias, y esto se ven aún más beneficiado cuando su material se encuentra disponible en redes sociales con miles de millones de usuarios como YouTube, Twitter o Facebook al dar like, compartir y aparte visualizar la publicidad que incluyen al monetizar su contenido: les ayudan a difundir su fama y mentiras con una velocidad increíble y con más gente de la que te imaginas.

Esto también viene con consecuencias, por ejemplo: cuando los mismos charlatanes o sus seguidores desprestigian a los científicos e investigadores, que trabajan con menos recursos de los que deberían y que lo hacen lo mejor que pueden, cuando intentas hacer comparaciones para defender a sus héroes... Porque sí, no estudiar Geología y Geografía provoca que estos charlatanes que "predicen" terremotos y mega-terremotos (pero que nunca predicen la lotería) se puedan convertir en tus héroes. Y cuando ocurre, colaboras para alejar la atención que deberían recibir las personas que han dedicado su vida a ser profesionales en el tema y que tienen la información correcta para quienes la necesitan, los algoritmos en Internet funcionan para facilitar la atención al más popular y la mayoría de veces, eso popular no es lo más correcto ni exacto.

Ningún científico, por más brillante que sea, ha logrado predecir un sismo hasta ahora. Y esto quizá en algún año muy lejano podría cambiar con la mejora de la tecnología y muchísima investigación, demasiada, que sólo podría ser abarcada por una gran cantidad de investigadores y con una tecnología bastante cara y difícil de lograr, y ni siquiera hay certeza de esto. Pero no por un charlatán que dice ser un investigador con habilidades de análisis fuera de lo normal, aunque sólo juegue con la numerología, una muy poco conocida pseudociencia que juega con inventados significados en los números y con operaciones aritméticas sencillas atribuyéndoles propiedades misteriosas.

Algo que, para el colmo de la situación, hizo que muchas personas creyeran las idioteces de los charlatanes es el esfuerzo que se ha llevado en países como México para intentar prepararnos para prevenir que los desastres se vuelvan más grandes por el caos civil en casos de sismos. Y, como lo ha visto el mundo, no podemos prevenir la total caída de muchos inmuebles (aunque algunos sí debieron haber resistido más) ni toda la cantidad de personas muertas y heridas ni la destrucción o daño de muchos patrimonios, pero los simulacros, los permisos de construcción y sus peticiones estrictas son porque en México se tiene la experiencia de sufrir la poca preparación ante un desastre natural de esta clase, nos lo demostró el sismo del 19 de septiembre de 1985.

Aunque ahora lo hemos podido sobrellevar de una mejor forma, con una menor cantidad de fallecidos a pesar de las terribles pérdidas de seres queridos, han caído menos edificios a pesar de que muchas personas perdieron mucho o todo en los derrumbes, y la forma en como los civiles nos organizamos con las autoridades y militares, contando con el muy apreciado apoyo de personas que llegaron de otros países, ha sido algo completamente impresionante, y la prisa de muchas personas por ayudar con víveres y donativos a los más afectados fue algo maravilloso y, siendo honestos, hemos actuado con más pasión por apoyarnos que con una buena logística ante los desastres.

Pero esto no se hace por la advertencia de estos "investigadores con un don mágico para predecir estos eventos", no; los charlatanes en esto no han tenido cabida, ni un poco.
Se han hecho esfuerzos por estar prevenidos ante esta clase de desastres porque México se encuentra en una zona de intensa actividad sísmica (y volcánica) conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, siempre ha tenido y siempre tendrá que sufrir sismos fuertes, e incluso la geografía de la Ciudad de México en algunas zonas amplifica los movimientos producidos por los sismos debido a que el terreno por debajo de varias partes de la ciudad es suave y húmedo (el resultado de construir una ciudad sobre un lago), lo que amplifica las ondas del sismo y lo que a su vez puede provocar licuefacción, que es cuando los sedimentos que hay debajo de la ciudad se vuelvan tan densos como un líquido pesado. Desde desarrollos tecnológicos y estrategias bien planificadas para las autoridades, empresas que lucran para vender un aviso más próximo ante los sismos (que compiten ofreciendo unos cuantos segundos de diferencia) a nuestro smartphone o nuestra empresa, constantes simulacros y letreros atiborrando paredes, el esfuerzo por prepararnos para los sismos es algo de toda la vida si vives en países con una constante actividad sísmica como México, Chile o Japón.

Siendo aún más exactos, estos charlatanes ni siquiera predicen nada. No puedes llamar "predecir" a soltar afirmaciones vagas hasta que una acierte. Te pondré un sencillo ejemplo de cómo imitar sus predicciones: enfrente de varias personas tira varias veces un dado e intenta adivinar el número que saldrá antes de soltarlo, las veces que falles no se las recuerdas a nadie, pero cuando aciertes recuérdaselo a todos los presentes y diles que puedes predecir los números que saldrán al tirar un dado. ¿Tiene sentido? No, te dirán que eres un idiota y, por supuesto, no te prestaran más atención y mucho menos te darán dinero por tu show. Pues es exactamente lo que estas personas hacen: decir cada día del año que habrá un sismo tal día, y si ese día tiembla dirán que ellos lo han predicho por sus habilidades e investigaciones, por los ángeles, por las estrellas o por sus pelotas.

Entonces, ¿de verdad crees que vale la pena defender, hacerles publicidad y consumir el material de estos charlatanes por no querer estudiar Geología y Geografía? No lo hagas más: ignóralos y aprende a desmentirlos, de paso te llevas un aprendizaje increíble sobre el mundo.

No podemos predecir sismos, ni prevenir la totalidad del daño ocasionado por estos. Eso no significa vivir con miedo y con menor razón porque aparecen uno o varios imbéciles que dicen predecir terremotos, no son investigadores ni científicos ni adivinos ni personas bendecidas por ángeles o dioses con el don de la premonición; son charlatanes que ganan dinero, publicidad y seguidores a costa de la preocupación, del miedo y del dolor ajeno, y es despreciable que sigan provocando esa clase de emociones en las personas después de lo acontecido sólo para su beneficio y el de los suyos.
Lo que sí podemos hacer es tener medidas de emergencia y darnos una mano con la misma pasión por ayudar a quien más lo necesita, cosa que ya nos hemos mostrado y que ojalá nunca cambie.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Presentación en La oveja negra.

Hola, querido lector.
Mi nombre es Alfredo Maldonado, tengo 23 años, hasta dar otra vuelta más al Sol.

Este es mi segundo blog, donde tocaré temas de una forma más crítica. Utilizaré este blog como una herramienta más para conocer mejor cómo cambian mis percepciones e ideas a lo largo del tiempo, por lo que mucho escrito aquí podría reescribirlo, mejorarlo o cambiarlo dependiendo de la evidencia y lo nuevo que aprenda, aunque claro, en otras entradas. Esto es algo que me han pedido y recomendado algunas personas que he conocido, y algo que le debo a un viejo amigo que ha fallecido y que por mi desidia más la falta de tiempo, cuando me invitaba a hacerlo, no hice y ya no podrá leerlo. Espero hacerlo lo mejor posible, como si él lo leyera, era muy exigente, principalmente, al hablar de ciencia. Mi deber es recordar esa exigencia día a día.

Disfruto mucho de aprender y suelo ser muy crítico con lo que aprendo, me encanta buscar a detalle información para descubrir si lo que estoy aprendiendo es real y/o certero. No me gusta conocer las cosas a medias, por lo que soy muy testarudo en conocer y aprender más.
Dicho aprendizaje me ha llevado a situaciones divertidas donde la mayoría cree que tengo una profesión relacionada con el tema que toco; ojalá fuese así, por el dinero, claro. O situaciones aún más curiosas, en las que creen que mi edad es mucho mayor o que mi nivel académico es avanzado, algo frecuente desde los 15 años, más en redes sociales. 

Mi principal intención de escribir en estos blogs está lejos de hablar de verdades irrefutables, verdades absolutas y de tener siempre la razón, pero muy cerca de mantenerme en constante aprendizaje y qué mejor forma de aprender enseñando a otros lo poco que conozco y aprendiendo más en el proceso. Los temas serán variados pero la mayoría serán criticas a algo o alguien, por lo que el blog no llevará en lo absoluto el mismo tema de conversación. Por lo que aviso que algunos temas los tocaré mejor, de una forma más suave, educativa o informativa, con mucho humor y ciencia, en el otro blog: ¡Pío!, al mundo.

Si requieres de más información de algún tema tratado aquí puedes solicitarla en los comentarios o mandando un mensaje a la página de Facebook a la que puedes acceder dando clic en la imagen en la parte superior derecha o aquí, sólo indícame la razón y el tema en concreto; por lo general, contesto el mismo día que recibo el mensaje. También puedes solicitar información sobre como apoyar al crecimiento de este proyecto ahí mismo, ya sea con alguna donación o colaboración. Les dejo la libertad e invitación para comentar y corregir mi material, si lo creen necesario u oportuno, ya sea en un comentario o enviando un mensaje a la página de Facebook ya mencionada.

Creo que puedo prever cómo serán los comentarios en este blog en sus próximas entradas por lo que añado lo siguiente: me encanta debatir, pero no cuando esa persona no se encuentra preparada para ello. Por lo general, si esa persona reconoce su falta de entendimiento en el tema, me vuelvo muy suave; si ocurre lo contrario, me vuelvo muy frío y tosco con las explicaciones, dicen. Es algo que intento mejorar, ya que tengo poca paciencia con aquellos que son mayores de edad y no son responsables con lo que escriben, dicen o pregonan. Por otro lado, si desconozco el tema me mantengo al margen hasta estar más preparado, sé reconocerlo.

Espero que disfruten del contenido. Nos leemos en las futuras entradas.